Cada pequeña partícula existente, todo lo que se conoce; se encuentra concentrado en un mundo de tres dimensiones del cual somos parte los seres humanos. Si la tridimensionalidad no existiera en nuestras vidas, seria como vivir en un mundo de papel; afortunadamente conocemos y existimos en estas tres dimensiones, que no solo nos permiten ser seres complejos; también nos permiten manejar, distinguir y crear nuestro entorno desde diferentes perspectivas.
Las personas que nacen o se crean aptitudes adecuadas para desempeñar la arquitectura; son imaginativas, innovadoras, creativas, atrevidas, observadoras, perfeccionistas, etcétera; es por esos motivos que la necesidad y el uso de diversas perspectivas o enfoques, los acompaña en cada paso permitiéndoles desarrollar y potencializar al máximo sus ideas.
Contemplar el mundo desde el punto de vista arquitectónico es la tarea más bella y espectacular que existe. Para el arquitecto los horizontes no existen, pues todo espacio existente, es su lienzo y; el; es el mas grande artista creando siempre su mejor obra; pero, para llegar a ser grande no se necesita contar solamente con talento; se requiere disciplina, entusiasmo, esfuerzo, voluntad y carácter.
Un arquitecto no nace de la nada; así como sus grandes obras, un arquitecto debe formarse desde una idea y un deseo de llegar a serlo, teniendo estos dos ingredientes se necesita posteriormente de materiales y herramientas para su realización; y es en este punto donde la formación académica toma parte esencial dentro de la vida de un arquitecto.
Cada labor necesita de las herramientas correctas para poder elaborarse adecuadamente; y mucho antes de practicar, un arquitecto necesita hacerse de unas solidas bases teóricas que le permitirán desarrollar su labor de un modo perfecto. Es más que necesario e indispensable; conocer a fondo cada fundamento teórico, estudiarlo detalladamente y llevarlo poco a poco a la práctica permitiendo al arquitecto desarrollar un estilo propio.
Ya en el entorno laboral; un arquitecto; puede idealizar, diseñar y crear una infinidad de proyectos; enfocándose principalmente a la necesidad del cliente en base a la funcionalidad del espacio y a la cultura del lugar donde será creada la obra; sin perder en ningún momento la función estética, dando así un sentido de identidad tanto a la comunidad, como al arquitecto en si.
La arquitectura no es algo solamente de hoy en día, existe desde hace varios siglos y desde entonces ha jugado un papel fundamental para la vida del ser humano pues desde siempre le ha proporcionado gran cantidad de espacio para que este pueda desempeñar diferentes actividades, a demás de dar una visión más estética del mundo que habitamos.
Creo, sin duda alguna; que la labor de un arquitecto es una de las más complejas y hermosa de todas y no seria posible su realización sin el apoyo de la tridimensionalidad, ya que está, va de la mano con el hombre en cada aspecto de la vida y por esa razón es más que importante dentro de nuestra carrera.
Mi mas grande deseo es poder entregar al mundo; obras realistas y estéticas, proyectar mis ideas, satisfacer a mis clientes; pero sobre todo, realizarme como persona y para ello es necesario apoyarme de la tridimensionalidad en cada aspecto de mi vida; visualizando a un mundo que no solo puede ser visto desde una perspectiva y es por eso que decidí escribir de este modo mi ensayo; mostrando desde mi punto de vista el papel tan importante que los arquitectos tienen en el mundo y a su vez reflejando un sueño el cual deseo alcanzar superando cada etapa, haciéndome de todo los recursos posibles para culminar con la mejor de mis obras, que sin duda será mi realización como persona.
En conclusión la tridimensionalidad me ha acompañado en cada instante de mi vida y así como lo descrito anteriormente, mi formación como arquitecta depende directamente de la tridimensionalidad pues sin ella, no pasaría de plasmar simples diseños y mas aun, si no me apoyara de la tridimensionalidad en mi entorno labora, sencillamente no podría crear la obras que tanto anhelo e imagino.
La tridimensionalidad existe en un todo del cual los seres humanos somos parte, sin ella el mundo y todo lo que conocemos y queremos, sencillamente no existiría.